En un poderoso sermón pronunciado por el Apóstol Emmanuel A. Quaye durante el Servicio de Mega Vigilia de Mayo, en el marco de la Celebración de la Semana de Pentecostés, se instó a los creyentes a abrazar el poder transformador de la oración y ser empoderados por el Espíritu Santo para tener un máximo impacto en las naciones. Tomando inspiración de las escrituras bíblicas, el Apóstol Quaye enfatizó la importancia de la oración, la presencia del Espíritu Santo y el tesoro que se encuentra en cada creyente.
El Apóstol Quaye comenzó resaltando los resultados extraordinarios que provienen de una oración ferviente. Hizo referencia a Hechos 4:31-33, donde los discípulos oraron y el lugar en el que se reunían tembló. La oración tiene la capacidad de sacudir las cosas, causando transformación y cambio en nuestras vidas. Animó a la congregación a dejar de lado el miedo y abrazar la valentía en la oración, hablando directamente sobre los desafíos que enfrentan para sacudirlos.
Mas adelante, el sermón se centró en el Espíritu Santo y su profundo papel en la vida de los creyentes. El Apóstol Quaye enfatizó que el Espíritu Santo es la presencia de Dios con nosotros, y es a través del Espíritu Santo que somos empoderados para tomar el control y someter todo en la tierra. Advertía contra entristecer al Espíritu Santo y alentaba la introspección, instando a los creyentes a arrepentirse y buscar el perdón por cualquier acción que haya obstaculizado una relación más cercana con el Espíritu Santo.
El Apóstol Quaye resaltó la relación única que los cristianos tienen con el Espíritu Santo, enfatizando la importancia de la comunión con el Espíritu Santo, ya que a través de esta comunión los creyentes pueden experimentar la plenitud del Espíritu. Citando Juan 14:16 y 16:7, explicó que Jesús es un Ayudador, pero el Espíritu Santo es otra forma de Ayudador que estará en nosotros y estará con nosotros en todo momento. Estar sin el Espíritu Santo es similar a ser un huérfano, y puede llevar a diversos desafíos en la vida.
El sermón continuó con el ejemplo de los discípulos en el día de Pentecostés, cuando fueron llenos del Espíritu Santo y se convirtieron en portadores de la presencia de Dios. El Apóstol Quaye enfatizó que los creyentes son envases que contienen un tesoro, el Espíritu Santo, que los distingue del mundo. Citó al Apóstol Pablo como un ejemplo de alguien que llevaba este tesoro y lograba hazañas notables. Con el Espíritu Santo en nuestro interior, tenemos el potencial de hablar e impactar a miles, realizar milagros y transformar situaciones imposibles en victorias.
En conclusión, el Apóstol Quaye desafió a la congregación a priorizar la búsqueda del tesoro, el Espíritu Santo, en lugar de distraerse con las aspiraciones mundanas. Enfatizó que el verdadero éxito radica en abrazar el empoderamiento del Espíritu Santo y permitir que trabaje a través de nosotros. Al nutrir una comunión profunda con el Espíritu Santo, los creyentes pueden aprovechar su máximo potencial y convertirse en envases del poder y el amor de Dios, dejando así un impacto duradero en las naciones.
Al reflexionar sobre el sermón del Apóstol Emmanuel A. Quaye, permitámonos ser inspirados para cultivar una vida de oración vibrante, buscar una relación más cercana con el Espíritu Santo y abrazar el tesoro que llevamos dentro. Que seamos empoderados para impactar a las naciones y generar un cambio positivo como portadores del amor y el poder de Dios.
Que alegría aunque no pudo asistir a la mega vigilia en persona el blog me ha ayudado mucho. Muchas gracias.